diumenge, 20 d’abril del 2008

sobre museos de masas

Está claro que vivimos en una sociedad de masas donde el museo ha alcanzado un lugar estratégico en la vida de los ciudadanos… es una herramienta más de la sociedad, un espacio que provoca la reflexión, al que acudir a actos culturales, exposiciones. El caso es que como espacio público debemos cuidar su intencionalidad, su diseño y la manera de presentar sus contenidos.

Como Huyssen explica en su artículo(1), antiguamente existía un museo concebido como “cámara sepulcral del pasado”, muestra de un tiempo anterior destinado a la élite que tuviese los conocimientos necesarios para comprender sus contenidos. Los artistas de los 60 apostaron por democratizar el arte, (y romper con el régimen de museos y galerías), pero provocaron un nuevo modelo de museo que tiene su apogeo en la década de los 80.Lo que se nos quiere decir en este texto es que el museo es un reflejo de la reflexión de la cultura que se da en determinados contextos. Cada movimiento se organiza en torno a unas ideas político-sociales que tienen su repercusión, evidentemente en el sistema cultural.

La sociedad de masas quiere vivir experiencias únicas. Hablando del turismo cultural: parece haber determinados puntos turísticos que están de moda, y son impensables sin los recorridos museísticos que estos ofrecen. El caso es que los gestores culturales deben saber dirigirse a un público, captar su atención y ofrecer una experiencia…pero sin caer en lo trivial. Quiero decir que no se trata de “pasar un rato divertido” en el museo, sino de poder entender los contenidos de un modo más o menos ameno, que se consigue con la participación del espectador. En relación con esto, en el texto también se señala el nacimiento del “curador”, figura muy propia de nuestro tiempo. M. Brenson en The Curator´s Moment recoge muy bien la necesidad de una persona que no sólo organiza una exposición, sino que es la encargada de legitimizar el arte, y esto entronca con otro punto del texto de Huyssen titulado “el señuelo de la polémica”: El museo no es sólo un sitio de experiencia cultural: la cultura es un producto, y como tal genera ingresos no sólo por toda la comercialización y “branding” de su tienda, sino por su puesto en el sistema del mercado del arte.

Por esto hay que tener cuidado, pues el museo se presenta como un espacio para la reflexión: no trivialicemos ni juguemos con los contenidos para dar una imagen manipulada (que no quiere decir que se prive de un discurso curatorial capaz de generar una nueva lectura); aprovechemos la sustentabilidad del museo para crear nuevas prácticas culturales, y sobre todo, contribuyamos a que la experiencia de la visita enriquezca la vida de los espectadores.

(1)ANDREAS HUYSSEN: Escapar de la amnesia: los museos como medios de masas. En Cultura y memoria en tiempos de globalización