dissabte, 21 de juliol del 2007

._un punto de partida_

Desde los años sesenta los comportamientos artísticos han ido evolucionado, valiéndose de nuevos soportes y cambiando su discurso, llegando incluso a polemizar sobre la esencia de la existencia del arte. El minimal y lo conceptual asientan las bases de las nuevas manifestaciones artísticas. Los espacios expositivos han cambiado, adaptándose a las nuevas exigencias artísticas; a la vez que también lo ha hecho el espectador: no se trata de un visitante a un museo como “contenedor del arte y templo de la memoria”, sino de un personaje que busca captar la esencia de la obra, pues esta lo requiere.


Las manifestaciones artísticas, reflejo de la sociedad en la que viven, tienden a cambiar, transformarse, evolucionar… haciendo eco del contexto en el que se encuentran. El arte, al igual que cualquier otra manifestación artística, es capaz de llegar a la sociedad y trasmitir un mensaje, y cuando este mensaje llega de una manera clara, y se percibe, compartiendo (o no ) opiniones, se produce la magia de no sentirnos solos.

En este contexto surge una proliferación de los textos de arte, en la que las bases provienen de otras disciplinas: el mundo cerrado del arte se abre ahora a la Filosofía, la Antropología, la Semiótica…..e incluso a la Psicología. A veces, da la sensación de que no importa la obra en si misma, sino los textos que surgen a raíz de ella.


Esto provoca en parte que el arte contemporáneo parezca alejarse de la sociedad de la que surge. Existe una dicotomía entre la representación artística tan propia del momento, en la que el uso de los nuevos soportes artísticos, y las facilidades de difusión y distribución parecen capaces de acercarse a todos por su cotidianeidad y su fácil acceso, y el escaso interés aparente que demuestra la sociedad de masas. Sin duda esto forma parte de un proceso de tanto de acomodamiento por parte del espectador como la dificultad de comprensión de dichos textos. Parte de la sociedad de hoy en día, sobrecargada de imágenes, parece no distinguir aquellas manifestaciones artísticas o no mostrar interés en aquello que requiera un mínimo de actividad intelectual por parte del espectador/espectadora. Es corriente escuchar frases como “podría hacerlo yo”, “no lo entiendo”a la salida de cualquier exposición. Por todo esto es necesaria una buena gestión cultural, capaz de lograr que el espectador se involucre en la obra al conseguir participar en su discurso. Es decir, que las intervenciones artísticas muchas veces se nos escapan en su significado, y si los artistas buscan comunicarlo se debería hacer lo posible para que el espectador o espectadora que lo necesite pueda acceder a las claves que le ayuden a valorar la obra en si misma y a interpretarla.






El primer post de B&M

Hola a tod@s!!!
Agradecemos a MaKoKi su colaboracion por la apertura de este nuevo espacio creativo y actual, donde se podra leer acerca el arte y nuevas perspectivas.
Esperemos que os guste y participeis.
Hasta pronto.